10 aspectos para vivir una mejor relación de pareja
¡Cuando se trata de tener una pareja existen tantas expectativas! Quizá la más común e importante para nosotros es que de alguna forma esta persona se convierta en la media naranja que nos complete. Queremos que nuestra pareja nos atraiga, nos divierta, nos dé felicidad, llene nuestras necesidades, etc… Y en apariencia, eso no tiene nada de malo… ¡excepto que estamos poniendo toda la responsabilidad de ser felices en manos de la otra persona!
Eso es como pedirle a otra persona que respire por nosotros para que nosotros podamos vivir. Sencillamente no se puede, aunque la otra persona quiera. No debemos asombrarnos entonces de que tanta gente sea infeliz en sus relaciones…
1.Sentirnos felices depende de nosotros
La tarea de sentirnos bien, de vernos bien, de ser felices, es nuestra, no de nuestra pareja. Él o ella no pueden sentir por nosotros, no pueden tampoco decidir qué vamos a sentir cuando actúan de una forma o de otra.
El sentimiento que nosotros sintamos es totalmente nuestro, independiente de la otra persona. En otras palabras, yo soy quien puedo hacerme sentir feliz; ¿Cómo? Escogiendo los pensamientos positivos que me generan sentimientos positivos hacia mi pareja a pesar de. Si podemos hacer eso, toda nuestra relación de pareja va a cambiar, porque no estoy esperando que “me haga feliz” para ser feliz. Lo único que voy a esperar de mi pareja es que me deje amarla. Nada más. Y ni siquiera tiene que estar presente para eso.
¡Imagínense lo que puede ser una relación de pareja cuando el único interés de ambos es amar al otro!
Cuando se expresa así suena un tanto utópico, incluso cursi, pero si se ve objetivamente, cuando amar depende solo de mí, yo puedo sentir amor cuando quiera y todo el tiempo que quiera…
2. Pensar en las cosas positivas de tu pareja
¿Qué te hace amar a esa persona? ¿Cómo podés vivir mejor tu amor?
Pensar en las razones que te hacen querer a tu pareja ten van a dar motivos para mantenerte enamorado(a). Y no tienen que ser grandes cosas, pueden ser cosas comunes, como: “Me encanta que me traiga el café cuando me despierto”, o “Pienso que es guapo/bonita”, “Me encanta como sonríe”, “Me enternece como se emociona cuando ve a sus hijas”, “Admiro su tenacidad”, etc. Enfocarse en las cosas buenas nos recuerda las muchas razones por las que nos enamoramos de esa persona en primer lugar.
Claro que podríamos enfocarnos en todas esas cosas que nos dificultan quererla, o que podemos criticar… pero entonces la pregunta sería: Si solo le vemos defectos ¿Cómo nos puede ayudar eso a quererlo(a)? ¿Si eso es lo que pesa, qué caso tiene estar con esa persona?
Para algunas personas cambiar esto puede ser difícil, porque llevan mucho tiempo enfocándose en todo lo negativo que ven en su pareja. Pero si quieren cambiar ese concepto, tienen que hacerlo en su mente y traerlo al presente con frecuencia.
¿Ustedes vieron la película El Jorobado de Notre Dame?, ¿E.T?, ¿Shreck?
Sentir empatía por esos personajes se debe a una simple razón: nos enfocamos en su ternura, en sus gestos amables, en su bondad, en sus cosas graciosas… y no en que son feos, sucios, jorobados o extraterrestres.
Pues guardando las distancias, eso mismo podemos hacer con nuestra pareja. Lo que nosotros destacamos y visualizamos de nuestra pareja en nuestra mente, es lo que vamos a ver cuando estemos frente a el o ella.
3. No tratar de cambiar a tu pareja
De una vez por todas, convenzámonos que absolutamente NADIE CAMBIA porque nosotros queramos. La gente cambia si quiere, porque quiere y cuando quiere, (aunque a veces pueda parecer que lo hacen por alguien más). Por otra parte, a nadie le gusta sentir que lo quieren cambiar.
Si escogiste a esa persona como tu pareja, ¿por qué ahora querés que sea otra persona? Que se vista diferente, que hable diferente, que coma diferente, que piense diferente… O pensalo de esta manera: ¿A vos te gustaría que tu pareja te tratara de cambiar? ¿De convertirte en otra persona?
Eso es terrible para ambas partes. Es demasiado cansado tratar de cambiar y/o controlar a una persona todo el tiempo, y todavía más cansado, que a uno lo traten de cambiar/controlar todo el tiempo. A todos nos gusta que nos quieran como somos y por lo que somos.
4. Querer a tu pareja por decisión
Suena frío pero es así. Si queremos ser buenos en un deporte, tenemos que aprender a jugarlo bien y practicar. Si queremos ser buenos en el trabajo, tenemos que esforzarnos por sacar la tarea, aunque a veces no queramos o tengamos pereza. Si queremos triunfar en el amor, tenemos que luchar y esforzarnos por lograrlo en forma consciente, aunque a veces no se sientan tantas ganas.
Así que cuando su pareja haga algo que ustedes crean que no pueden tolerar, rétense a ustedes mismos y traten de amarla a pesar de eso. Verán que la reacción de su pareja será increíble y positiva.
5. Ser la pareja que querés ser
Es fácil exigirle a su pareja, pero ¿se han preguntado si ustedes son la pareja que les gustaría tener? Pregúntense esto y piénsenlo detenidamente. Si todavía no llegan a su ideal, traten de alcanzarlo. Ustedes no son responsables por el comportamiento de su pareja dentro de su relación, pero si son responsables por su propio comportamiento.
6. Dejar ir las batallas que no valen la pena
Un dicho común dice que hay que saber “escoger las batallas”, y esto nunca es más cierto que en las relaciones de pareja. Es increíble lo fácil que es pelear por cosas sin importancia, que por nuestra necesidad de “tener la razón” se convierten en grandes batallas e incluso en guerras que dejan heridas profundas en la relación.
Por eso, cuando estemos ante la chispa de una posible pelea, preguntémonos: ¿Vale la pena iniciar una batalla por esto? ¿Qué voy a ganar si continuo? ¿Qué podría perder?
7. No busquemos razones para permanecer enojados
Si queremos llevar una relación de pareja bonita y en paz ¿por qué nos empeñamos en justificar razones para mantenernos enojados(as)? Si no queremos sentirnos mal, no nos demos bola en lo negativo. Permanecer en lo negativo no nos va a ayudar a sentirnos mejor en nuestra relación y más bien, suele cerrar los canales de comunicación con la pareja.
8. Ser honestos
Y con honestos no me refiero a ser groseros. No es necesario decirle a tu pareja que tiene unas manos horribles si de todas formas no puede hacer nada al respecto. No es ese el tipo de honestidad que ayuda en una relación.
Me refiero a la honestidad que debe existir en una pareja. El no guardarse secretos. Ser honestos en cuanto a quienes somos y lo que hacemos. No llevar una doble vida.
Si somos honestos logramos tener un nivel de comunión e intimidad con la otra persona muy difícil de romper. Esto es, para mí, es la mayor clave del éxito de una pareja, pero también la más difícil, porque a la gente le cuesta ser honesta, especialmente hoy día donde existe tanta infidelidad, vicios y otras cosas negativas entre las personas. Pero una relación de pareja que esconde cosas o mantienen mentiras termina resquebrajándose tarde o temprano, porque la verdad siempre sale a la luz.
9. Cuestionar la relación con el fin de mejorar
¿Qué tan feliz soy en esta relación? ¿Esta persona es para mí? ¿Qué tengo? ¿Qué me falta? ¿Qué quiero? ¿Qué no quiero? ¿Cómo podría mejorar?
A la gente le da miedo cuestionar sus relaciones porque le da miedo lo que pueda surgir. Muchas veces el temor es darse cuenta de que tienen que salir de esa relación. Sin embargo, el darse cuenta a tiempo de que algo anda mal puede ser más bien una oportunidad para trabajar en la relación y hacer que esta mejore.
Cuestionemos y expresemos lo que sentimos con asertividad a nuestra pareja y busquemos un acuerdo mutuo sobre puntos razonables. Si no se llega a un acuerdo, siempre podemos decidir lo que queremos hacer a partir de ahí.
10. Darse cuenta de lo realmente importante
Por último y para ponernos en perspectiva, preguntémonos, si esa persona nos faltara hoy… todo lo que nos molestaba, nos enojaba, nos distanciaba, ¿era en realidad tan importante?
Esta pregunta es un buen ejercicio que debemos hacernos de vez en cuando, porque de una forma muy tajante nos hace ver que muchas veces nos quedamos en nimiedades que corroen lentamente nuestra relación de pareja sin necesidad, en vez de ver el hermoso paisaje que tenemos enfrente.
Si querés mejorar tu relación de pareja, un proceso de coaching te puede ayudar. Contactame hoy y con gusto conversamos.