Volvamos a conectarnos
En días pasados terminé de leer un excelente libro de la investigadora y autora (entre muchas otras cosas) Brené Brown: The Gifts of Imperfection (Los regalos de la imperfección).
En este libro, Brené se basa en la información de algunas historias particulares con las que tropezó en sus investigaciones a lo largo de más de 20 años, y donde descubrió cómo algunas personas viven un estilo de vida al que llamó: “Sin reservas o incondicional” (Wholehearted living, en inglés).
En este querer entender y emular esa inspiradora forma de vivir, ella logra identificar lo que llama los regalos de la imperfección: el coraje, la compasión y la conección.
Pero en este artículo no les voy a contar el libro, más bien les recomiendo que lo lean. La intención de citarlo es porque el tema de la conección me quedó dando vueltas en la mente.
En un mundo altamente “conectado” como el de hoy, la mayoría de las personas se encuentran realmente “desconectadas” de sí mismas, en primer lugar, y del otro, en segundo.
Al hablar de conección no hablo de cuantos “amigos” tenemos en Facebook, o del chat de compañeros, o del saludo trillado de “¿Cómo estás?, donde ni al que pregunta ni al que responde, le interesa la respuesta.
Me refiero a ese vínculo importante que existe entre las personas cuando sienten que son escuchadas, que son vistas y valoradas. Cuando encontramos en el otro, resonancia, y la posibilidad de dar y recibir con confianza. El tipo de conección que hace que nosotros y aquellos con los que nos relacionamos, crezcamos y nos fortalezcamos.
También hablo de la conección con uno mismo. Ese rato para pensar en qué estoy pensando. Para entender por qué estoy sintiendo lo que estoy sintiendo. Para expresarme sin pensar en el “qué dirán” o “qué pena que me vean”; para ser yo, sin tener que ser “útil o productivo”, sino solamente SER.
A mí en particular, para conectarme conmigo misma me sirve dedicar una tarde entera a pintar. Este es un medio que me hace conectarme con mi creatividad, con mis sentimientos y me lleva a estar conmigo y mis pensamientos de manera muy íntima, aunque sea por un rato. Y para conectarme con el otro, por ejemplo, con algunas amigas que no veo tan a menudo, me he propuesto sacar el rato para llamarlas por teléfono «a la antigüita». No usar el chat o el whatsapp, sino llamar a la persona para conversar sin ningún propósito en particular más que hacerle saber que la tengo presente.
¿Ustedes, qué cosas consideran les ayuda a conectarse con ustedes y/o con los demás? Cuéntenme en los comentarios de mi perfil de Faceboook y una vez meditado, ¡los reto a que lo pongan en práctica más a menudo! 😊