El coronavirus, una oportunidad para crecer
Estos días estamos enfrentando en el mundo entero algo digno de una película apocalíptica. País tras país ha venido sucumbiendo al virulento COVID-19. Un virus que apareció en China hace apenas un par de meses y hoy, no solo ha cobrado cientos de vidas alrededor del mundo, sino que tiene de rodillas a gobiernos, sector privado y a la población en general, sin distinción de nacionalidad, credo, raza o color político.
Son interminables las noticias, las advertencias, los memes, los fake news, y, en fin, el “burumbúm” de datos alrededor de esta pandemia.
Ciertamente, no es algo que debemos tomar a la ligera, y mucho menos, en broma. En mis años de vida (que son varias decenas), no recuerdo haber vivido jamás algo semejante. Es fundamental hacer caso a las autoridades y tomar las medidas necesarias para evitar o disminuir la propagación del coronavirus.
Pero no me quiero enfocar en lo que ya sabemos, porque creo que de esa información ya estamos bastante claros (¡o al menos espero que lo estemos!)
En lo que me quiero enfocar es en las cosas que podemos hacer en estos días de “espera” y previsión, para afrontar esto de la mejor manera y aprovechar esta tragedia para crecer y sacar algo positivo.
- No permitamos que el miedo nos domine
El miedo no está afuera, no está en el coronavirus. Está en nosotros, si le permitimos que nazca, crezca y lo alimentamos cada día con noticias e ideas fatalistas. Por lo tanto, practiquemos el control de nuestros pensamientos. Lo mismo cuesta pensar en positivo que en negativo, solo que esto último nos hace sucumbir en la tristeza y la depresión, y no soluciona absolutamente nada. Como seres humanos hemos superado retos mucho más difíciles que éste, y en esta ocasión también lo vamos a lograr. Hagamos cosas proactivas y llenemos nuestra mente de pensamientos positivos y constructivos. En este momento, es lo que nosotros y el mundo necesita. - Crezcamos en solidaridad
La locura en los supermercados, las compras sin medida, la “buchonería”, no solucionan nada. Todo lo contrario. Esto está afectando a otras familias que quizá no tuvieron el tiempo o el dinero para abastecerse lo necesario para combatir este virus. ¿Y cuánto es suficiente para estar a salvo… 1, 10, 100, 1000? Está bien prevenir y abastecerse de lo razonable, pero seamos solidarios, todos queremos estar protegidos y estar bien, y si solo algunos tienen lo necesario, los demás van a sufrir, y al final, TODOS vamos a perder. - Aprovechemos el tiempo
Muchas veces nos quejamos de la falta de tiempo para “hacer lo que nos gusta”. Qué tenemos mucho trabajo, que pasamos poco tiempo en casa, que perdemos tiempo desplazándonos en el carro hacia reuniones, etc. Bueno, ya sea que estemos haciendo teletrabajo, o que de plano no estemos trabajando, esta es la oportunidad perfecta para aprovechar el tiempo que nos estamos ahorrando en desplazarnos, o en citas canceladas o en ese proyecto que se retrasó. Podemos aprovechar ese «tiempo extra» para hacer cosas divertidas y/o productivas en casa. Leamos un libro, practiquemos un idioma, escribamos nuestras buenas ideas, arreglemos nuestro armario, hagamos más ejercicio al aire libre, juguemos con nuestro perro, que sé yo… - Dediquemos más tiempo a la familia.
El que estemos más confinados en casa, nos permite compartir más como familia. ¿Por qué no aprovechar para, en vez de ver televisión o estar pegados en la última noticia alarmante de las RRSS, ver fotos, un video familiar, jugar un juego de mesa o simplemente conversar? Esta es una gran oportunidad para unirnos y tener ese tiempo de calidad que tantas veces añoramos. - Crezcamos en prácticas mentales y espirituales.
Para los creyentes, este es un excelente momento para rezar, para meditar y prepararnos para la Semana Santa. A veces, en tiempos normales, nos cuesta sacar el tiempo para este tipo de ejercicio. ¡»Aprovechemos el coronavirus” para hacerlo! Y para quienes no son religiosos, o les gusta también otras prácticas mentales y espirituales, este es un gran momento para practicar la meditación, la contemplación y la visualización. En otras palabras, es un buen momento para alimentar la mente y el alma con prácticas que van más allá de lo material. - Aprovechemos para emprender
No todas las personas tienen un espíritu emprendedor, pero la economía se está viendo afectada por esta pandemia, y posiblemente nos tocarán algunos meses donde las finanzas mundiales, nacionales y personales, se verán afectadas. Este tiempo puede ser un buen momento para pensar en nuevas ideas de negocio. En esas habilidades, conocimientos o destrezas que podríamos poner en práctica, más allá de nuestro trabajo actual o de lo que hemos venido haciendo. Despertemos en nosotros a ese emprendedor creativo y pensemos en nuevas formas de producir y generar luego de que pase el coronavirus. A lo mejor hay por ahí algún proyecto o idea abandonada. Quizá es hora de retomarla y hacerla realidad. - Aprendamos todo lo que podamos
Este es un gran momento para aprender, especialmente, las lecciones de vida. Por ejemplo:
- Que si todos queremos, podemos.
- Que es posible vivir en forma más simple y pausada.
- Que a las personas mayores hay que cuidarlas.
- Que es conveniente ahorrar para los días grises.
- Que no todo está garantizado, ni el trabajo, ni la vida, ni el dinero… por lo tanto hay que aprovechar, disfrutar y agradecer lo que tenemos todos los días, día a día. ¡Y vivir el día!