MANEJANDO LA INCOMODIDAD

A las personas en general nos incomoda la “incomodidad”.  De hecho, en el mundo sobre-gratificante en el que vivimos actualmente, el permitir la incomodidad en nuestra vida es casi como si estuviéramos permitiendo una enfermedad, algo malo que nunca debería darse.  Sin embargo, ese concepto es totalmente equivocado cuando estamos hablando de crecer o de lograr cosas.  En ese escenario, la incomodidad es precisamente el indicador de que vamos por buen camino.

Para ponerlo más claro, si estamos tratando de emprender algo nuevo o de alcanzar una meta, lo lógico es que ese emprendimiento no nos sea familiar.  Si nos fuera familiar, no sería algo nuevo.  Y siempre que nos enfrentamos a algo nuevo, eso nos genera, cuando menos, cierta incertidumbre, cierta “incomodidad”.

Salirse de la zona de confort y abrazar la incomodidad

Salirnos de nuestra zona de confort siempre genera miedos, dudas, frustraciones, confusiones.  Nuestro cerebro quiere quedarse en lo “seguro”, en lo que ya conoce… y cualquier cambio o esfuerzo por salirnos de ahí, se presenta en nuestra mente como una cosa incómoda o hasta “peligrosa”.  Nuestra tendencia es auto-convencernos de que es así.

Pero si entendemos que esa incomodidad es parte del proceso hacia el logro de lo que queremos alcanzar, sabremos que es algo que tenemos que esperar y aprender a manejar.

De hecho, es esa incomodidad la que nos lleva a empujar nuestros límites, a buscar soluciones, a buscar nuevas formas de hacer las cosas y a arriesgarnos.  Entonces, dentro de ese contexto, la incomodidad no solamente es esperable, sino que aprenderemos a manejarla mejor al comprender que es parte del proceso de innovación o de crecimiento.

Debemos saber, además, que todo emprendimiento genera riesgo, posibilidad de fallar o incluso de rechazo. Esos sentimientos nos hacen sentir incómodos. Pero eso es parte del aprendizaje y del proceso de crecimiento.  Si no lo entendemos de esa manera, vamos a desistir antes de intentarlo o vamos a renunciar al primer fracaso.  Y así, nunca vamos a desarrollarnos ni a alcanzar la meta.

La incomodidad es un sentimiento que forma parte del camino para lograr lo que nos hemos propuesto, y aceptarlo nos va a permitir aprender de cada experiencia, ser más resilientes y a crecer como personas.

El coaching tiene herramientas muy útiles para aprender a manejar nuestros pensamientos y superar aquellas creencias limitantes que nos impiden crecer.  Te invito a explorarlo.  Contactame hoy.

Comments (0)