QUERER DE VERDAD, CREA NUESTRA REALIDAD

Hay una diferencia entre lo que yo quiero creer y lo que creo de verdad.  Es común escuchar a las personas decir frases como: “Yo creo que me va a ir bien en el negocio” o “Me encantaría lograr tal cosa”, pero cuando las cosas no salen como se planean, esa fe se tambalea.  Otras veces vemos nuestros objetivos como la zanahoria frente al caballo… una meta que se persigue y se persigue, que nos ilusiona, pero a la que nunca logramos hincarle el diente.

Solemos establecer metas con mucho entusiasmo, pero hasta que no tenemos resultados visibles o una prueba tangible de que lo estamos logrando, nos cuesta creer en ella de verdad.  Esa diferencia entre querer creer y creer de verdad, es lo que requiere un enorme crecimiento personal de nuestra parte.

¿Sos capaz de creer aún sin ver el resultado?

Cuando estamos largo de la meta, es más fácil creer, porque no nos sentimos todavía presionados por el resultado, pero si nos vamos acercando a la meta y todavía no tenemos una prueba tangible de éxito, es también muy fácil dejar de creer.

Ante la falta de evidencia de que lo vamos a lograr, comenzamos a dudar y a justificar ante nosotros mismos y ante los demás, las razones por las que no alcanzaremos nuestros objetivos. Todo el vocabulario, lo que pensamos y expresamos se comienza a enfocar en justificar nuestro “fracaso” anticipado.

Y es ahí donde tenemos que aprender a enfocarnos, no en las circunstancias externas, sino en nuestra propia voluntad de creer, porque creer es una decisión personal, o más bien, muchas decisiones personales que tomamos en conjunto, y que crean nuestra realidad.

Es la decisión de plantear un objetivo y tomar acción para conseguirlo. De visualizarlo y disfrutar de esa sensación como si ya lo tuviera.  Es hablar de eso como si ya fuera una realidad en mi vida y mantenerse en esa sintonía “a pesar de la evidencia”.

Esta actitud es muy diferente a la actitud soñadora de desear algo y quedarse en el deseo. No es lo mismo decir: “Qué lindo si pudiera ir a tal lugar… Yo haría esto y aquello”, en vez de decir: “Voy a ir a tal lugar y voy a hacer tal cosa”.

Si yo creo en algo en verdad, hablo de eso como si fuera cierto, porque para mí lo es. De la misma forma, en el momento en que creemos que algo es imposible para nosotros, se convierte en algo imposible en la realidad.

Enfoquémonos en crear el qué, no el cómo

Para crear la realidad que queremos es importante enfocarse en el qué, y no en el cómo.  La decisión de creer debe basarse en la certeza de que lo vamos a lograr.  El cómo llegará por añadidura. Porque cuando invertimos tiempo en pensar cómo lo voy a lograr, con frecuencia nos llenamos de dudas, de creencias limitantes y de miedo.

¿Cómo sabemos si creemos de verdad o no?  Muy fácil, se los explico con un ejemplo.  Cuando tenemos una cita donde el doctor y alguien nos pregunta que vamos a hacer en un rato, le contestamos sin titubear:  «Voy a ir al doctor».  Ahí no hay duda, hay certeza.  Podrían pasar cosas en el camino que nos impidan llegar a nuestra cita, pero no estamos enfocados en eso, ni siquiera lo pensamos; estamos enfocados en la meta.  Preguntémonos,  ¿es esa misma certeza la que tenemos con nuestros objetivos de vida?

La ganancia no está solo en el destino sino en el viaje

Cuando quiero crear una realidad positiva para mí, debo ver mi meta desde en un lugar de abundancia y curiosidad. Es poner mi energía y mi cerebro (la máquina más potente y eficiente jamás creada) a trabajar para mí.

Lanzar a mi inconsciente y a mi Creador (o al universo, energía o como le quieran llamar de acuerdo a sus propias creencias), esa realidad que quiero tener, para que todo mi ser se alinee en función de la misma.  Que mi cerebro genere ideas creativas, que sepa leer los signos de los tiempos, y que esto me permita tomar acción con paso seguro hacia eso que ya es una realidad para mí, sin importar si al final lo logro o no.  Porque la ganancia no está solo en el logro, sino en el crecimiento que obtengo en el camino.

Este trabajo de crecimiento personal es muy fuerte y requiere de disciplina y decisión, pero es factible lograrlo con la práctica, ¡y los resultados no se harán esperar!

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